RESGUARDO DEL VIAJERO.
Salí de Santiago de Chile, sola con mi hija de un año, hacia el paraíso, donde me esperaba mi marido, después de un mes y medio sin vernos. Iba borracha de emoción, la vida tenía colores, hacia donde miraba había un sol. Llegué a San José en Costa Rica, sudando, ahogada de calor, mi amor me miraba de lejos, hermoso, bello, pero yo estaba rendida, extraviada de recuerdos y todo me pareció un horno en pleno cocimiento. Entre ríos, volcanes, selvas y playas de ensueño, volamos un año más tarde hacia Norteamérica, a mi me corroía el miedo. Llegué en el día de Halloween, creí que estaba en un carrusel de cuentos... no lo podía creer. Los años me trajeron de regreso a mis acentos, mi lengua, mis modismos, mi idiosincrasia, donde me reencontré con la palabra, que ha sido un bálsamo en el océano de mis tristezas hasta hoy. Espero seguir en ese oasis por siempre.
(Freya)
12 de Diciembre, del 2007
Pasa y no pasa
-
A veces me sumerjo en un rencor chatarra,
en casi odio que pasa y nunca pasa,
y me vuelvo asesino rencoroso
que mira en el desierto de su cama
cómo traslada...
Hace 1 semana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario