lunes, abril 14, 2008

LA LISTA (relato)

LA LISTA (relato)

Recibí una larga lista de mis hijos, constancia que querían dejar ante mis ojos, para evitar ese –no es cierto, no puede ser verdad- que yo les contestaba cada vez que me decían en tono de burla y a veces molestos, mamá mira lo que has hecho ahora. Por lo que humildemente agacho la cabeza, para aceptar de una vez por toda, mis despistes.Entre la larga lista, hubo un par de cosas que hasta hoy no puedo creer.
-teléfono celular dentro del friser-
-gafas de lectura dentro del refrigerador-
-pen drive en la bolsa de la basura-
-cigarros y encendedor en el botiquín del baño-

Leyendo y haciendo memoria, no hacen más que decir la verdad. Pero todo tiene una explicación. Lo de dejar cosas dentro del refrigerador es porque las llevo en la mano al momento de abrirlo, de seguro para sacar algo, dejo lo que llevo en la mano dentro de este, luego se me olvida allí dentro. Sé que mi celular se congeló, pues lo dejé dentro del friser un día entero y a pesar de llamarme por otro teléfono, única forma de ubicar el mío, este no sonaba, lo encontró mi hijo cuando fue a sacar el helado para el postre, mi pobre teléfono estaba helado y sin sonido, creí lo tendría que dar de baja, aún funciona, como fiel amigo mío. Cosa parecida me pasa con mis gafas, que como son sólo para leer, las dejo siempre en lugares inconcebibles y luego ando rogando por las habitaciones de mis hijos para que me ayuden a encontrarlas. Mi pen drive, lo boté a la basura un día que lo recogí junto a otra cosas que si irían definitivamente fuera de esta casa junto a todo lo que ya no sirve, ¿cómo fue a dar al mismo lugar de los desperdicios? Voladuras mías, no lo discuto.Y mis cigarrillos, ya no digo nada, esos aparecen y desaparecen con una facilidad de magia, creo caminan solos, son traviesos, se pierden y se encuentran conmigo, mil veces durante el día….

Pero lo de hoy, no tiene nombre, pues iba manejando camino a mis clases de yoga, me sonó el celular en el momento que pasaba por mi lado en auto de los policías, al verme, se detuvieron delante de mi, me hicieron parar y bajar la ventanilla y me pidieron los documentos, como llevaba el teléfono en la mano, en un acto de total desconcentración, le dije al policía, -ya bueno, se los entrego enseguida, ¿me sujeta el teléfono por favor?- y estiré la mano para que lo tomara mientras abría la cajuela donde están todos los papeles. Unos minutos demoró nada más el policía en decirme –señora, le están hablando por aquí, y ya sabe no puede hacer eso mientras conduce un automóvil- así me devolvía el celular que sin darme cuenta le encajé en sus manos enguantadas de cuero blanco, parado frente a mi, no veía sus ojos sino una estampa perfecta, derecha, inmóvil frente a tal imprudente acto de mi parte. No pude aguantar la risa, no pude. Me agaché para mirarle la cara, verle los ojos, menos mal que el policía tuvo el atisbo del sentido del humor y terminó dándome un sermón donde apenas podía sujetar la sonrisa que le tenía tentado a reírse junto conmigo. No me dio ningún castigo, sólo me dijo que por favor pusiera más atención a los reglamentos del tránsito.

Me fui más contenta de lo que iba, no pude borrar la sonrisa de mi boca, ni la cara de ese policía, pensé enseguida: otro caso más que agregar a la lista que me han hecho mis hijos. Nací despistada, no creo que pueda cambiar, por más que lo intente.

(Freya)Abril 14 del 2008

5 comentarios:

  1. Anónimo10:35 a. m.

    Genial vivencia de mente ocupada en avatares cotidianos, lucha de pronto esteril, pero de esperanza cierta....ya mañana será otro día, no importa de que manera se solucionen los problemas, lo importante es que se solucionen y entonces perder el celular, dejar perplejo a un policía o desentrañar el misterio de las gafas perdidas, será todo un tema para tu próximo poema.......

    ResponderBorrar
  2. ¿Verdad que si amigo de mi corazón? Me haces sentir maravillosamente bien, mis despistes son mi sino, ya ves, tu los envuelves hacia mi musa. Te lo agradezco, eres un sol, mis besos amigos para tu corazón. Gracias siempre por visitarme. Te quiero mucho.

    ResponderBorrar
  3. Me ha gustado leerte. Tu desenfado para contar un episodio como este, muestra tu carnadura de escritora.


    Cariños.

    ResponderBorrar
  4. Hola, Freya. Me ha gustado leerte, en especial tu desenfado para contar episodios como este, que te muestran intensamente humana y con carnadura de escritora.

    Cariños

    ResponderBorrar
  5. Rafaela, un honor el que me haces visitando mi blog y dejándome tan lindo comentario, jaja, soy como soy a veces un desastre, pero con el alma de escribir hasta lo imposible.
    Un abrazo grande para ti, muchas gracias por leerme.

    ResponderBorrar