NUESTRAS CERTIDUMBRES

Me tropiezo de pronto con las manos vacantes,
sin tiempo de ceñir mi adjetivo en la rueda
del día caducado.

Que miedo amanecer cada mañana
sin espacio de asir tantos olvidos.

Me presiona el apuro de idear
el retal de mi vida,
remover de nostalgias mis alforjas,
empapar el vapor de los sollozos
que nacen de suturas más vastas que las llagas.

Me apura el tiempo que no tengo
porque franqueé ya la mitad del abismo
de mi sumario.

Quiero vivir sin compás ni bitácoras.
Quiero vivir simplemente,
sin sofocar las ansias y la complicidad
de tus manos moldeando nuestros sueños,
y el azul de tus ojos entrando por los míos
como desnudas gárgolas de amor
donde esculpes el cuarzo de nuestras certidumbres.


(Freya)
Noviembre 2 del 2010.