VENENOSO PEREGRINO
Un lamento dejó tu despedida.
Un nudo ajustició ese semblante
pronunciando mi nombre y ya sin brida
esa savia, ramaje demandante,
se amustió en el invierno con tu vida.
Extinto los suspiros, arrogante
el duelo de tus ojos, fallecida,
besé tu oscurecido borde amante.
El tapete enlutado del destino,
lapidó el eslabón de nuestro atajo,
la pendiente enganchó con mi asesino,
traicionando mi signo en anodino
paisaje, coagulado del yerbajo
sicario, venenoso peregrino.
(Freya)
11 Enero, 2007
Rincones de sol
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Hay rincones de sol en mi ciudad
imposibles de ver si no es contigo.
Hasta los rostros son ideas
de sombras remontando tus ojos
como un eco difícil de v...
Hace 4 meses.
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