Me abandona la tarde de un abril
en el domingo de lenta jornada,
una noche emergiendo, la luna no me mira.
Entre rocíos
del sepulcral elipsis quebrado por usanzas,
desnuda de ti,
me voy yendo con sed hacia el torrente
de algún río que sepa contenerlas
en su márgenes frías de vírgenes suturas.
Somos dos seres bajo el mismo limbo,
la tarde de abril y yo.
(Freya)
5 de Abril, 2009
Buscando el resplandor eterno
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Tú que persigues el eterno resplandor
y transitas un suelo hostil,
no vencerás a Poe en desventura,
talento y encendido pecho.
No podrás contender con un bo...
Hace 16 horas.
veo mucha nostalgia acá, y en otros poemas también... es lindo cómo el amor nos despliega un montón de sentimientos que, a los que nos gusta escribir, nos hace crear las cosas más lindas :)
ResponderBorrarsuerte!
Es muy cierto Rayén, el amor o el sentimiento de nostalgia, a los que nos gusta escribir nos nutre de lindas musas.
ResponderBorrarSuerte para ti también que pronto pasaré a leerte.
Gracias por tu linda visita.
Besos.