Y no vale la pena la pared,
si sujetar no sabe
la enredadera.
Y quise ser pared para una trepadora,
sus hojas me doblaron las esquinas,
se arrastraron las ramas por el pasto
que seco y amarillo por el tiempo,
olvidó su sombrero para el sol
quemándose la lengua de zozobras.
Que burda experiencia es la tontera
aquella la que baila sin razones,
y maneja los hilos como dardos
pintando la insolencia con negruras.
No puede la alegría ser eterna,
es la cumbre que raspa madrugadas
cuando vemos salir de los arcanos
el sol que nos lame nuestros frutos.
Y no vale la pena la pared
si sujetar no sabe
la enredadera.
(Freya)
29 de Julio, 2009
Pregunta por seguridad
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Confieso que si busco alguna cosa inútil
indefectiblemente
doy con esos recortes de la vida,
perdidos en los intentos de clasificación ikea
de mi casa,...
Hace 5 días.
Precioso poema... con un transfondo de tristeza o decepción...
ResponderBorrarA veces me siento como la enredadera que no sabe trepar, pero... ¿sabes una cosa? Si no existiese una pared, me encontraría sumamente perdido, y no tendría la menor esperanza de alcanzar mi meta.
Un beso, querida amiga.
Mi querido Diávolo, son tristezas que agarra uno pero que se vuelan con un soplo, es entonces cuando se aprovecha a escribirlas, antes que se conviertan en gaseosas experiencias, y es fácil, si no tiees pared, siempre tendrás el suelo donde afirmarte, creces igual de bien, como enredadera salvaje, míralo desde ese punto...
ResponderBorrarBesos para ti, muases.